El Salón de Actos del Rectorado de la Universidad de Málaga alberga un año más el programa de conferencias 'Los Nobel contados por la UMA', una cita en la que se da a conocer parte de los trabajos e investigadores galardonados en la actual edición del certamen organizado por la Academia Sueca.  

La programación comenzó el pasado lunes con una ponencia sobre Claudia Goldin, ganadora del Nobel de Economía, a cargo de Elena Bárcena, investigadora del Departamento de Economía Aplicada de la UMA. Durante su intervención la profesora Bárcena puso el foco en la aportación de Goldin en el estudio de la brecha de género en el ámbito laboral.

El enfoque pionero de Goldin se centra en analizar las raíces históricas y las dinámicas laborales que han contribuido a la disparidad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. Gracias a sus contribuciones conocemos el papel de las expectativas, el matrimonio, la píldora anticonceptiva, el nacimiento y cuidado de los hijos, etc. en las diferencias laborales entre hombres y mujeres. Así, la economista no solo aborda las diferencias salariales, sino también las desigualdades en la distribución de roles y responsabilidades en el hogar y en el trabajo.

Attofotónica
El programa concluirá el viernes a las 18:30 con la charla 'Attofotónica: destellos de trillonésimas de segundo', presentada por Francisco Villatoro, investigador del Departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación, quién centrará su exposición en el Nobel de Física, que ha recaído en los investigadores Anne L’Huillier, Ferenc Krausz y Pierre Agostini.

Villatoro realizará un repaso a la contribución de esta terna de científicos al estudio de la materia a partir de sus experimentos sobre attosegundos. En concreto, por el uso de pulsos de luz de pocas trillonésimas de segundo para estudiar la dinámica de los electrones en la materia. Cuando un pulso de luz intenso y corto atraviesa un gas interacciona con sus átomos produciendo armónicos en forma de trenes de pulsos de luz ultracortos en la escala de los attosegundos. Dichos pulsos permiten explorar el "timbre" característico de los electrones en átomos y moléculas. Una 'huella molecular' con aplicaciones que van desde la electrónica hasta el diagnóstico médico.