La investigadora de la UMA Rocio Ponce, premiada por la Real Sociedad Española de Química
El galardón reconoce a jóvenes investigadores cuyas trayectorias apunten hacia el liderazgo científico
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La investigadora Rocío Ponce Ortiz, miembro del departamento de Química Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, ha recibido uno de los Premios a Jóvenes Investigadores 2015 de la Real Sociedad Española de Química (RSEQ), que distingue a aquellos investigadores noveles cuyas trayectorias apunten hacia el liderazgo científico en su área.
El premio otorgado por la RSEQ al investigador de la UMA constituye el segundo galardón de relevancia en un año, ya que recientemente Rocío recibió también la beca L´Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”, que reconoce anualmente la labor de cinco jóvenes mujeres investigadoras en España.
Rocío Ponce Ortiz, nacida en Marbella, es titulada en Ingeniería Química y doctorada en Química por la Universidad de Málaga. Durante su carrera se ha dedicado al estudio de materiales orgánicos para su implementación en dispositivos electrónicos y fotónicos, con la idea de crear una tecnología sostenible y compatible con el medio ambiente.
En octubre de 2008 se incorporó al grupo de investigación que dirige el Profesor Tobin Marks (Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2008) en la Northwestern University (Estados Unidos), para realizar una estancia postdoctoral de tres años. A finales de 2011 se reincorporó al grupo del profesor Juan T. López Navarrete del Departamento de Química Física de la Universidad de Málaga, consiguiendo después un contrato Ramón y Cajal en la misma Universidad.
Su trabajo de investigación se centra en la búsqueda y el estudio de materiales orgánicos capaces de reemplazar a la tecnología actual (electrónica y fotovoltaica) basada en silicio. Es decir, sustituir una tecnología cara, frágil y poco ecológica por una tecnología económica, plástica y sostenible. La doctora Ponce es una convencida de que el reemplazo de materiales inorgánicos por orgánicos podría revolucionar el uso de la energía solar.