El pasado día 23 de enero se presentó en la sala La Cochera Cabaret el disco “Palabras Mayores”, primera grabación del grupo Boleros Imperfectos en el que participan tres miembros de la comunidad universitaria: el líder y fundador del grupo Eduardo Retamero, PAS del Vicerrectorado de alumnos junto a Aniceto Murillo, catedrático de Álgebra, y Sebastián Escámez, profesor de Ciencia Política. Los tres junto a Leslie Sánchez y Maica Sosa llevan años empeñados en encontrar el camino hacia la felicidad a base de Boleros Imperfectos.

 

El camino hacia la felicidad es largo, tortuoso y lleno de señuelos que nos ofrecen parcelas de la misma a un módico (o no tan módico) precio. Una vez que nos encontramos cómodamente instalados en esa finca con vistas al paraíso comienzan a aparecer negros nubarrones que empañan el estado de nirvana que acabamos de alcanzar. En unas ocasiones en forma mensualidades de la hipoteca y, en otras, por un ansia incontrolable de ampliar las dimensiones de nuestra privilegiada propiedad y evitar el acceso a la misma del resto de mortales. Ansiedad de poseer y de aparentar que somos triunfadores, perfectos. Hay otro camino, imperfecto, como los boleros, pero mucho más divertido; menos tenso, pero más intenso. La senda comienza en nosotros mismos y  se proyecta hacia los demás: aprender a reírse de uno mismo. Si se logra este primer paso estás en el camino de aceptarte tal cual eres, con tus virtudes y tus defectos. Reírte de tus errores y de las situaciones vergonzosas o negativas que te suceden es una de las maneras más efectivas para llegar a ser feliz.

 

Este es el camino que iniciaron, hace ahora seis años, cuatro maduritos y una madurita que, después de tan larga gestación, han dado a luz a su primer retoño, con cara de CD y con un nombre sugerente, “Palabras mayores”. En este tiempo el grupo ha ido creciendo desde un dúo a un quinteto y en la actualidad esta formado por Eduardo Retamero (voz, guitarra), Leslie Sánchez (voz, congas), Maica Sosa (piano, acordeón, serrucho, coros), Aniceto Murillo (bajo, coros) y Sebastián Escámez, El Tigre, (percusiones, coros). Eduardo, miembro del PAS en el vicerrectorado de Alumnos, y Leslie formaron el dúo original, al que se sumaron en 2013 Maica, Aniceto y Sebastián, estos dos últimos integrantes también de la comunidad universitaria. Aniceto Murillo es catedrático de Álgebra, Geometría y Topología y Sebastián Escámez es profesor de Ciencia Política. Puede parecer extraño que dos personas con este perfil se dediquen en sus ratos libres a la música y más a este tipo de música; pero ellos no ven ningún tipo de contradicción entre su dedicación docente y su faceta artística. Aniceto Murillo asegura que “las matemáticas también son muy divertidas”, mientras que Sebastián Escámez se justificaba asegurando que “la situación política es un cachondeo” y, la verdad es que contemplando la realidad nacional es posible que se haya quedado corto en la definición.

 

Musicalmente Boleros Imperfectos tocan casi todos los palos desde la milonga al swing, pasando por la bossa, el tango, la rumba, la música popular, el blues sucio y los inevitables boleros, aunque sean imperfectos. La variedad de ritmos y sonidos se ha ampliado con la entrada de Maica, Aniceto y Sebastián. Las letras, sin embargo, siguen siendo fieles al espíritu que animó su fundación, trazando el camino de la búsqueda de la felicidad a base de carcajadas, compartidas con un público cada vez más heterogéneo. Una risa enfocada hacia si mismos y sus circunstancias de maduros interesantes: la infidelidad, el paso del tiempo, la angustia adulta ante la performance sexual o el desafío que para la pareja representa la apretada agenda de la mujer de hoy. Todo ello trufado generosamente de sátira política y crítica social.

 

En las actuaciones en vivo no se puede negar que Boleros Imperfectos se meten en su papel, bueno en el papel de los personajes de sus canciones: playboys venidos a menos, vendedores de enciclopedias de flamenco, sacerdotes con problemas conyugales, macarras conversos, lunáticos doctores, concejales ineptos e incluso urogallos en celo. “Creo –confiesa Sebastián Escámez- que nos hemos convertido en una especia de secta de sinvergüenzas…, en el mejor sentido de ambas palabras, que quede claro” y eso nos hace a todos –a ellos y a su público- un poco más felices…y sin necesidad de pagar hipotecas. “En realidad –puntualiza Aniceto Murillo- cantamos a modo de auto ayuda y nuestro objetivo es provocar risa y, al mismo tiempo animar a la reflexión”. Su estilo se puede encuadrar dentro del llamado humor inteligente que cultivaron previamente Javier Krahe, Académica Palanca o Les Luthiers que siempre han sido referentes en su trabajo. Un trabajo que, como dijimos se acaba de plasmar en Palabras Mayores, su primer disco en el mercado. El disco tiene diez canciones y un tema extra, Pequeño Vals Malagueño, dedicado a los paisanos jóvenes que se han marchado fuera. Es la única canción que se sale de la tónica más gamberra del resto del disco.

 

La fecha de lanzamiento del trabajo también es significativa, el pasado día 28 de diciembre, Día de los Inocentes, que es cuando se puso en Spotify. La presentación en sociedad se llevó a cabo el pasado 23 de Enero en La Cochera Cabaret, en un concierto con masiva asistencia de público. El primer hijo digital de los Boleros Imperfectos es totalmente malagueño ya que se grabó  entre julio y octubre en los montes de Málaga, en el estudio El Artesonao, bajo la dirección del músico y productor Miguel Olmedo. Para tan feliz alumbramiento contaron con la colaboración de magníficos instrumentistas -el músico de jazz Ricky Vivar, Manuel Esteban (guitarra clásica), José Luis Zambrana (vientos varios), David “Guajiro” Pérez de Carvajal  (tres cubano), José Antonio Montoya (batería), Miguel Olmedo (guitarras) y Javi Calleja (pandero de verdiales)- y con las voces de apoyo de Fernando Luigi, Rocío Delgado, Ana Devesa y Esther Pita.

 

En los créditos del disco, Boleros Imperfectos hacen un pequeño homenaje a Moncho Alpuente, Javier Krahe y Daniel Rabinovich, de Les Luthiers, “que se nos fueron este año”. “La verdad –explica Eduardo Retamero- que ha sido un año duro para nosotros en lo sentimental ya que junto a la desaparición de estos ídolos nuestros también falleció un compañero entrañable de la universidad, Julián Martínez Aramendía, que, además de ser una de las mejores personas que he conocido, fue quien me acercó a estos grupos con aquellas grabaciones tan pulcras con las que nos obsequiaba a los que tuvimos la suerte de conocerle”. “Por eso –concluye- una de las primeras cosas que he hecho es llevarle un disco a su viuda, Rocío, para que lo ponga en la estantería donde Juli guardaba sus músicas con la esperanza de que pueda escucharlo y le guste. Para mi sería un gran honor”.

 

29-01-2016