Las periodistas Rosa Montero y Majo Siscar realizaron una encendida defensa del trabajo de los periodistas comprometidos en una situación como la actual en la que la prensa atraviesa una situación crítica en el transcurso del acto de entrega de galardones de la decimocuarta edición del Premio Internacional de Periodismo Manuel Alcántara,  que reconoce con esta distinción la excelente trayectoria profesional de la primera y el buen hacer y la calidad de una joven profesional que recién comienza su carrera. En el acto, el primero en el que no pudo estar presente Manuel Alcántara debido a su delicado estado de salud, se reconoció también el  trabajo de Jesús Nieto, antiguo alumno de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UMA, que recibió una mención especial del Jurado.

El Premio Internacional de Periodismo Manuel Alcántara, que convocan anualmente la Universidad de Málaga, Prensa Malagueña (editora del Diario Sur), y la Fundación Manuel Alcántara, tiene como objetivo reconocer el ejercicio de un periodismo riguroso y de calidad en una doble vertiente: la que promociona a jóvenes periodistas que inician su carrera, dotado con 4.000 euros y la que reconoce la trayectoria de profesionales de una dilatada experiencia sustentada por la calidad y el rigor. En esta modalidad el premio a Rosa Montero pretende ensalzar la prolífica obra de una mujer que ha trabajado con maestría todos los géneros del periodismo, por lo que será propuesta para su nombramiento como Miembro de Honor de la Universidad de Málaga.

Para el premio dedicado a los periodistas jóvenes, el jurado destacó “la numerosa participación registrada y la elevada calidad de los trabajos”, según explico su secretaria, Elena Blanco Castilla, profesora del Departamento de Periodismo de la UMA. Tras la correspondiente deliberación, el jurado  acordó otorgar el premio a María José (Majo) Siscar Banyuls por el reportaje titulado Los desenterradores de la paz, publicado en la revista internacional 5W, el 17 de febrero de 2016 (https://www.revista5w.com/who/los-desenterradores-la-paz).  Así mismo, se acordó entregar una mención especial al periodista Jesús Nieto por su trabajo Las horas finales de Unamuno: “España no puede perderse”, gritó. Y murió” publicado en elespañol.com, el 24 de diciembre de 2016 (http://www.elespanol.com/reportajes/grandes-historias/20161223/180482655_0.html).

El acto de entrega de los galardones estuvo presidio por la vicerrectora de Cultura, Tecla Lumbreras, que estuvo acompañada en la presidencia por Manuel Castillo, director de Sur, y Teodoro León Gross, profesor de la UMA y presidente de la Fundación Manuel Alcántara, en representación de las tres entidades que convocan este premio. En la sala estuvieron presentes todos los miembros del jurado, autoridades civiles y profesionales, los tres galardonados y la familia de Majo Siscar “que se han desplazado todos desde mi pueblo (Pego-Alicante) porque me querían acompañar en un momento tan especial para mí”.

La entrega de galardones comenzó con la adjudicación de una mención especial a Jesús Nieto, por “Las horas finales de Unamuno…”, artículo de investigación histórica en el que relata los últimos días de vida del escritor, confinado en su casa de Salamanca en plena Guerra Civil. Destaca el jurado el modo documentado en que Nieto reconstruye este episodio, con un estilo literario muy poderoso, así como la oportunidad del tema, publicado coincidiendo con el 80 aniversario de la muerte de Miguel de Unamuno. En su intervención posterior, el galardonado agradeció los consejos y apoyos recibidos de “personas que han sido fundamentales en mi vida, como Raul del Pozo, mi padrino, mi hermano mayor, o Teodoro León Gross que, cuando cursaba segundo de periodismo en esta misma universidad y atravesaba una crisis en la que me planteaba abandonar los estudios, me dio los ánimos que necesitaba para continuar con mis estudios”.

SISCAR, PERIODISTA EN CRISIS

El trabajo de Majo Siscar “Los desenterradores de la paz” aborda una de las muchas secuelas originada por los 50 años de enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, (FARC) y el gobierno de este país. Majo Siscar narra con maestría como ex guerrilleros y víctimas trabajan codo con codo para acabar con una de las peores lacras que en el camino ahora emprendido hacia la paz sigue arruinando la vida de miles de colombianos: el 60% del territorio del país oculta minas antipersonas. La periodista recorre los caminos junto a estos desenterradores, cuyo testimonio utiliza para mostrar su lucha por la reinserción mediante este arriesgado trabajo.

El jurado destaca la visión periodística que caracteriza el reportaje de Siscar, en el que cohabitan la actualidad y oportunidad del tema y, sobre todo, por cómo refleja el paisaje de Colombia después de la batalla, con todas sus cicatrices abiertas. No es el relato habitual, sino una mirada muy singular, con total dominio del lenguaje, que toma distancia de la situación sin incurrir en narcisismo alguno, pero con una enorme capacidad para convertir el problema en un tema cercano y de enorme interés humano.

En su intervención posterior, Majo afirmó que “no puedo expresar lo agradecida que estoy de recibir este premio junto a Rosa Montero y con el nombre de Manuel Alcántara, un maestro en el arte de transmitir el contenido y el sentimiento que hay detrás de cada historia”. Majo, que se definió a si misma como “un ejemplo del periodismo en tiempos de crisis”. “Con 28 años –explicó- ya habían cerrado tres medios de comunicación en los que había trabajado después de terminar mis estudios con 25 y conozco muy bien las coordenadas en las que se mueve el periodismo actual, en las que nos tenemos que mover los nuevos periodistas y, en buena parte todos los ciudadanos jóvenes de este país”. “Porque –continuó Siscar- la crisis del periodismo es la misma que la del resto de la sociedad y se resume en una palabra, desigualdad”. “No es que no haya dinero –explicó-, lo que ocurre es que no hay dinero para la parte baja del escalafón (periodistas de calle, editores, fotógrafos), pero los propietarios de los medios se reparten dinero a espuertas”.

En los agradecimientos, la galardonada recordó en primer lugar a los editores de la revista 5W, “ocho locos maravillosos que apostaron contracorriente para hacer un buen proyecto de periodismo serio”, para recordar también a Javier Valdés, periodista asesinado hace justo una semana en México, el país en el que vive actualmente Majo tras el cierre sucesivo de medios en los que comenzó a trabajar en España; y a “Diego Fonseca, periodista argentino que hace de editor voluntario para periodistas noveles que dio el pulido final al texto premiado” y por supuesto “a mi familia que, a pesar de todas las dificultades, siempre me ha apoyado”. Majo finalizó su intervención utilizando una frase de una de las célebres crónicas de boxeo de Manuel Alcántara, la que dedicó a José Legra, como un resumen de la pasión que mueve a estos nuevos periodistas en medio de la crisis: “Nuestra locura era cuerda”.

ROSA MONTERO, SIN PENA NI MIEDO

Rosa Montero destaca sobre todo su faceta como articulista y entrevistadora. Decía en una entrevista en el Semanal de El País (30 de octubre de 2016), diario en el que ha desarrollado principalmente su carrera: “Dentro del periodismo, a mi me gustaba ser plumilla: cronista, reportera, entrevistadora…, por este orden. Lo que menos me ha gustado siempre es hacer artículos. Pero es un género que tiene una parte buenísima que es la sistematización del pensamiento”.

Su técnica como entrevistadora, ha realizado más de 2.000 entrevstas a personajes de referencia (Ayatolá Jomeini, Yassir Arafat, Olof Palme, Indira Gandhi, Richard Nixon, Julio Cortázar o Malala, entre muchos otros), es estudiada en las universidades de periodismo tanto en España como en Latinoamérica. Su trayectoria profesional como periodista, también como escritora ha recibido numerosos galardones, se ha visto recompensada con numerosos premios, entre ellos, destacan: Premio Nacional de Periodismo por sus reportajes y artículos literarios (1980), Premio Derechos Humanos concedido por la APDHE, Asociación pro Derechos Humanos de España (1989), Primer Premio Literario y Periodístico Gabriel García Márquez por su labor en El País (1999), Premio Asociación de la Prensa de Madrid Rodríguez Santamaría (2005) y Premio Internacional Columnistas del Mundo (2014).

Rosa Montero comenzó su intervención con un verso de Raul Zorita: “Ni pena, ni miedo” que a su juicio “ son tremendamente oportunos para alguien que comienza a transitar por la tercera edad. Ni pena por el pasado, ni miedo al futuro, resumen mi modo de entender la vida; tanto que me los he tatuado en mi espalda”. Rosa hizo referencia a la oportunidad del formato de este premio. “Me gusta mucho –la idea de juntar en el mismo galardón a veteranos y jóvenes, es un poco el espíritu de las redacciones de periódicos en las que los periodistas más curtidos tutorizaban a los que se acaban de incorporar al oficio; además mientras Manuel Alcántara siga en activo el sistema se amplía a tres generaciones, algo que no se podía abordar en una redacción normal”.

Rosa coincidió con las críticas a la desigualdad que había realizado Majo, pero “si creo que existe una crisis específica de los medios, que se ha agravado con decisiones erróneas y que, además, de no resolverse bien puede ser una amenaza para la pervivencia de la democracia misma”. “Hay una crisis derivada de la caída de la publicidad y de la aparición de nuevos soportes, que se ha agravado por decisiones erróneas por parte de los responsables de los medios que han optado por los recortes, la rebaja de la calidad de los contenidos y la aproximación excesiva a los paridos políticos y por la irrupción descontrolada de las redes sociales en el mundo de la información”. Además de estas razones intrínsecas de los medios, Rosa Montero alertó de que esta crisis “se está produciendo en un momento muy peligroso para el mundo, con una crisis de credibilidad de los sistemas democráticos que están favoreciendo la aparición de grupos neofascistas”. “Es cierto que la democracia tiene problemas de ineficacia, de hipocresía, de corrupción, pero fuera de la democracia lo que hay es el infierno”.

Para salir de esta situación, a juicio de Rosa Montero “sería necesario que hubiera periodistas serios, rigurosos, honestos, que asumieran el papel original de nuestra profesión, controlar el poder y no ser su correa de transmisión”. “Las democracias –concluyó- necesitan unos medios de comunicación fuertes e independientes, sino los tiene, los riesgos de caída de la democracia se acrecientan y si cae la democracia, caerán los medios como ya ocurrió durante la dictadura franquista, durante todas las dictaduras”. Rosa Montero terminó su alocución agradeciendo la concesión de este premio “que me hace sentir mucho más satisfecha con mi vida”.