Mejorar la calidad de vida de los usuarios con Alzheimer teniendo en cuenta el entorno que le rodea y su necesidad a lo largo de las distintas fases de la enfermedad, es el objetivo del proyecto de investigación en el que trabajan expertos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga.

Según los investigadores, un 86% de las personas encuestadas considera su vivienda actual como el lugar óptimo para vivir con Alzheimer y el 73,5% de los usuarios y de sus cuidadores ven necesario que la vivienda sea objeto de adaptación. Esta adaptación tiene que atender a cinco exigencias básicas; accesibilidad, seguridad, estimulación de los sentidos, autonomía y reducción del estrés o ansiedad. En la actualidad el 81% de las actuaciones de adaptación o reforma en las viviendas que se hacen en España se centran únicamente en la accesibilidad y solo parcialmente en la seguridad. Sin embargo, no atienden a las otras tres exigencias necesarias para acondicionar un hogar para un usuario con Alzheimer.

“Desde nuestro punto de vista como arquitectos nos preguntamos ¿cómo proyectar para la ausencia de memoria? Cuando una persona con demencia dice: ‘me quiero ir a casa’ ¿qué nos está queriendo decir? ¿Cómo diseñar un espacio para una persona que se levanta todos los días en un lugar diferente?”, reflexiona el director del Grupo de Investigación Healthy Architecture & City de la US, el profesor Santiago Quesada-García.

Para ello los expertos trabajan, no sólo sobre la distribución de espacios y su componente simbólica y emocional sino que, por medio de Ambient Intelligence (Inteligencia ambiental) y el Ambient Assisted Living (Entorno Inteligente), estudian la integración de tecnologías emergentes en viviendas de nueva construcción que puedan ser adaptables en el futuro y en la adaptación de viviendas ya existentes, para que ambas satisfagan adecuadamente las peculiares necesidades de estos usuarios y sus cuidadores.

En este contexto, la investigación sobre Arquitectura y Alzheimer la vienen desarrollando dentro del Grupo de Investigación los arquitectos Santiago Quesada-García y Pablo Valero-Flores y el ingeniero de la edificación José Manuel Mera del CRMF San Fernando, dentro del programa de doctorado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga, con la colaboración de la AFA Málaga y expuesta en varias ocasiones en el Centro de Referencia Estatal de Atención a personas con Alzheimer del IMSERSO en Salamanca.

“Entre otras acciones, se está realizando un ensayo en que el usuario con Alzheimer dibuje su propio hogar o estancia, a lo largo de un periodo de tiempo. Para, a partir de determinados indicadores previamente fijados, poder observar y valorar que elementos de la casa se fijan en su memoria y por qué, que reiteración producen determinados espacios cotidianos y qué elementos le sirven para orientarse en la casa”, explica el profesor Quesada-García.

Medidas que mejoran la autonomía y reducen el estrés

Aunque hay que estudiar la rutina y las necesidades de cada usuario en particular para hacer un diseño personalizado, existen ya una serie de medidas que con carácter general pueden mejorar la calidad de vida de la persona con Alzheimer. Estas personas van perdiendo la memoria semántica pero mantienen la memoria de habilidades, por ello es posible crear rutinas y establecer, por ejemplo, recorridos dirigidos con puntos de luz puede ayudarles para guiarse por la casa, incorporar luz natural y colores cálidos a las distintas estancias disminuye su nivel de estrés, incorporar espejos inteligentes para que, en determinadas fases de la enfermedad, eviten episodios de pánico, incorporar detectores de inundación y temperatura y apagados automáticos, sistemas de control de salida, la utilización de alarmas técnicas, son algunos de los recursos que pueden favorecer la calidad de vida de los enfermos y la de sus cuidadores o familiares.

“A la hora de pensar en una vivienda adaptada o adaptable es necesario pensar que el usuario con Alzheimer en una fase inicial utilizará todos los espacios de la casa para ir limitando su uso paulatinamente hasta usar sólo el dormitorio y el baño conforme avanza su nivel de dependencia”.

Día Mundial del Alzheimer

El 21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer, declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se da a conocer la enfermedad y se difunde información, se solicita el apoyo y la solidaridad de la población en general, así como de instituciones y organismos públicos y privados.

El Alzheimer es una enfermedad que constituye la primera causa de demencia en los países desarrollados, afecta a la memoria, el pensamiento, la emotividad y el comportamiento. Según recoge la OMS, actualmente existen 47,5 millones de personas afectadas y cada año se incrementa en 7,7 millones. En España hay diagnosticadas cerca de seiscientas mil personas, de las que un 10% son andaluzas. En Andalucía, un 90% viven con sus familias y, aproximadamente, un 40% son dependientes totales. Se calcula que en el año 2025 el número de enfermos se habrá duplicado.

Ante estos datos, expertos y familiares reclaman un Plan Nacional de Demencia que contemple como una de sus medidas el etiquetado en el territorio de las viviendas con usuarios de Alzheimer y así poder hacer una previsión de viviendas adaptables para la autonomía e integración de enfermos de Alzheimer; el desarrollo y apoyo técnico para la mejora del hogar con la integración de nuevas tecnologías; la redacción de un Manual de Buenas Prácticas destinado a profesionales y técnicos para que tengan herramientas precisas de actuación; y por último, el diseño específico de viviendas que prevean las diversidades cognitivas y no sólo físicas o sensoriales.